Las mujeres mapuches conmemoramos esta fecha (8 de Marzo) reafirmando nuestra identidad étnica, el compromiso que tenemos con nuestro pueblo de defender el pan, la cultura y la tierra organizándonos como pueblo mapuche y con esta base demostrar que somos nosotras, el que tiene que conducir, plantear las alternativas de cambio en contra del etnocidio, la discriminación racial, la explotación que hemos soportado ya por siglos.

Solidarizamos también con las luchas de las mujeres no mapuche que buscan cambiar la tradicional marginación social que le ha relegado entre las cuatro paredes, viendo día tras día el hambre de sus hijos, la falta de educación, salud y todos los derechos que proporciona el bienestar social.

No queremos que nuestra lucha como mujer sea vista de una forma separatista, hoy cuando el Pueblo Mapuche está siendo atravesado por las leyes oficiales impuesta por el régimen como la 2568 que ha dividido y subdividido nuestras comunidades, destruyendo las tierras sagrada[s] en donde se realizan nuestros ritos como el guillatún, el palín y cementerio, hasta la familia ha sido maltratada por la aplicación de ésta. Ante la ley que atenta contra la vida de nuestro pueblo exigimos su total derogación.

La madre mapuche en su gran mayoría esta día a día viendo el fracaso educacional de sus hijos, por la mala alimentación, la falta de recurso[s] económicos. Porque la educación tradicional jamás ha dado respuesta a la necesidad del niño mapuche, según su identidad por medio del lenguaje, la cultura en general, la historia. Esta ha ignorado y continúa ignorando que el educando mapuche responde a una realidad muy diferente al niño no mapuche. Queremos para ello la educación que los convierta en personas orgullosas de su pueblo y en su propio idioma el MAPUDUNGUN. Ya no queremos verlos como sirvientes de las clases y de la sociedad dominante como se ve en la actualidad las mujeres mapuches más de 70% se desempeñan como empleadas domésticas en los centros urbanos: Temuco, Santiago; y el joven de barrendero o panadero.

Aspiramos al bienestar de nuestros hijos y de todo el pueblo de Chile, pedimos que se nos devuelva el litro de leche, educación gratuita, derecho a la educación y atención médica gratuita, derecho a practicar nuestra cultura y todas sus manifestaciones, vivienda digna para todos.

Políticamente como mujeres hacemos nuestro aporte al Proyecto Histórico Mapuche, base ideológica y política que tendremos que elaborar todos los miembros de este pueblo en la lucha por la autonomía del pueblo mapuche y su autodeterminación y como mujeres estamos llamadas a entregar los aportes sustancial en la lucha por la liberación de Pueblo Mapuche. Unidos en un proyecto político y una práctica coherente evitaremos las divisiones políticas y divisionismos en las que han caído muchos de nuestros hermanos por falta de una base que conduzca e interprete el verdadero sentir mapuche.

Pero todos estos anhelos y conquistas de los derechos que exige el pueblo de Chile, mapuche y no mapuche no serán conquistados por un plebiscito constitucional impuesto por la dictadura. Planteamos el derrocamiento de la dictadura y exigimos participación libremente en un gobierno democrático y popular elegido por todos y donde este particularmente representado el Pueblo Mapuche, aliados al resto de los sectores explotados y marginados.

Por una organización mapuche unida en la práctica contra la opresión y la explotación, el etnocidio y con la participación de la mujer. Por la senda de Janequeo y Lautaro.

MARRI-CHIHUEU.

MUJERES MAPUCHE AD-MAPU

8 de marzo de 1987
Archivo personal de Diva Millapán, ex dirigente de Ad-Mapu