Señores representantes de las organizaciones araucanas, señoras y hermanos de raza:
Aquí estoy reunido junto a ustedes con la satisfacción y la gratitud que me obliga a daros a conocer que hoy conmemora un año de existencia la bien llamada Sociedad Anónima Diario Auténticamente Araucano. Y por lo tanto quiero aprovechar, entonces, esta nueva oportunidad que me brinda la vida y la circunstancia de esta fecha memorable, para señalarles una vez más el significado elevado y noble de esta entidad y también la recapitulación de la labor tesonera de sus hombres y de sus mujeres, quienes aspiran con la fe y la equidad que les incumbe como buenos araucanos, de acelerar dentro de lo posible los problemas aborígenes.
En esta hora solemne ante el espectáculo de una demostración de fuerzas considerables y un grupo de vidas refundidas en el sacrificio y en la verdad, que se aprestan con decisión a participar en este acto de solidaridad que, sin duda, este grupo de hombres y mujeres araucanos vienen a confirmar sus deseos con su presencia y su asistencia en este acto.
Ya sé que no es otra la razón y el deseo que los impulsan de llegar hasta aquí que el justo anhelo de que sus aspiraciones y sus ansias de saber, que los caracteriza, referente a los diversos problemas de la raza de común acuerdo, referente a las necesidades de los mapuches se lleven a la realidad. Recibo, pues, emocionado y con satisfacción las manifestaciones cariñosas con que habéis llegado a congregaros en este recinto al calor unánime de vuestros entusiasmos y ávidos de noticias y de saber. Y, como testimonio de vuestras inquietudes, vuestras miradas, quizás, quisieran distinguir otros mundos de mayores felicidades, de mayores agrados y de más grandes imaginaciones; pero también, me atrevo a deciros que, quizás, el palpitar continuo de vuestros corazones, sin duda, ha aumentado con más intensidad, cifrando deseos y esperanzas de días mejores.
Yo aquí, en estos momentos, unido a vuestros entusiasmos y a vuestras aspiraciones, quiero dejaros establecido en la memoria el testimonio más caro de las actividades desarrolladas durante el año que, por cierto, han sido bastantes duras y muy tenaces.
Como punto de partida de las diversas actividades, me permitiré mencionar algunas de ellas de caracteres sobresalientes, como sucedió una tarde inolvidable, en que todos los directores nos sentamos junto a una mesa de escritorio, con ansias, a deliberar profundamente sobre nuestras iniciativas, y de pronto nos dimos cuenta que hacía falta lo principal, que siempre se necesita para llevar adelante toda empresa, ¿y qué sería lo que faltaba?, precisamente el factor dinero.
Después que discurrimos cerca de un buen rato, nuestro tesorero, don Antonio Millanao, dijo con palabras ocurrentes y seguras: aportemos con más de doscientos pesos cada uno y así accedimos los directores que de inmediato realizamos el acuerdo que detallamos a continuación: José Alcapán $270.-, Antonio Millanao $230.-, Zenón [Peñaifil] $200.-, Florentino Cuminao $200.-, Antonio Anticoy $200.- y Juan Millanao $200, cuya suma ascendió a $1.270, que invertimos en la impresión de mil circulares y éstas sirvieron para difundir el propósito de nuestras idealidades, hoy, por cierto, esparcidas casi en todas las reducciones indígenas.
El 2 de octubre de 1952 el directorio visitó el “Diario Ilustrado”, “La Nación”, “El Mercurio”, “Las Últimas Noticias” y la “Radio Nuevo Mundo”. En los mencionados diarios y radio, nuestra sociedad y nuestros nombres se ventilaron a los ojos y oídos de la opinión pública no tan solo como noticias novelescas, sino también como presagio, que anunció el advenimiento de una nueva era para el pueblo araucano.
El 27 de octubre de 1952, la mesa directiva y otros jóvenes araucanos fuimos a entrevistar, en su residencia en el Hotel Oddó, a nuestro gran compañero, don Venancio Coñuepán, no con la intención de pedirle dinero, sino para ponerle en consideración la obra que habíamos ideado para beneficio de la raza, sin excepción de credos religiosos ni ideas políticas. Nuestra impresión, en esta entrevista, con nuestro ex diputado y con nuestro ex Ministro, no fue por cierto muy halagadora, los motivos son desconocidos hasta el momento, bástanos decir, solamente, que el tiempo es el mejor justiciero que a su debida oportunidad solo él dará la razón con la decencia más efectiva y más despejada sin temor a reproche ni comentarios falaces.
El 6 de diciembre realizamos una magnífica concentración en este mismo local, con la asistencia de la antigua y conocida sociedad de araucanos “Galvarino”, “El Hogar Social Zoila Quintremil”, el “Club Deportivo Alianza Galvarino”, y el “Club Deportivo Juventud Arauco”. Estos organismos araucanos se hicieron presente con todos sus efectivos. Y a las sociedades que no menciono aquí, precisamente, no ha sido por olvido ni por falta de atención de nuestra parte, porque nosotros no omitimos sacrificios ni cansancios para invitar a nuestros hermanos de raza. Las diferencias en sus puntos de resistencias, de ciertas entidades araucanas, tarde o temprano, la raza tendrá que saberlo, pero nosotros no somos los llamados todavía para juzgar las posiciones ajenas, en la forma que imponen sus puntos de vista para con la raza.
El 16 de diciembre se fundó la Liga de Mujeres Araucanas, cuyas finalidades según sus estatutos es la ayuda mutua que deben practicar en todo orden de cosas, y también, la cooperación unánime para la sociedad anónima, éstas son las condiciones… por las que se formó esta agrupación femenina, y debo decir que gracias al concurso íntimo de nuestras hermanas araucanas que hemos adelantado, ampliado más y más nuestros trabajos.
La edición de los folletos, los tres mil ejemplares costaran la suma casi de $15.000.-. En verdad dicha edición no fue una tarea fácil, muy al contrario, tomando en cuenta el factor dinero, en efecto, hubo que recurrir a un préstamo de $6.000.- que en gesto benévolo nuestro gran compatriota y director don Juan Millanao facilitó voluntariamente este dinero y, así pues, por su espontáneo espíritu de solidaridad y de buen araucano, para él son mis mejores agradecimientos, en el nombre de la Sociedad que tengo el honor de presidir y en el nombre de los araucanos selectos, que forman los mejores pedestales de la solidaridad que día a día se agranda por la pujanza y por el sacrificio de nosotros mismos.
No obstante la incomprensión que impera en la mayoría de la raza, que hace más pesado el trabajo patriótico en el que estamos empeñados, no hemos omitido la pesada carga de hacer funcionar una escuela vespertina que funciona todos los sábados para despertarle el espíritu de superación a nuestros hermanos y a nuestras hermanas de raza y que seguramente, en el transcurso del tiempo, lograrán este hábito de estudiar, que el único recurso que se necesita para capacitarse y elevar el nivel moral y cultural, igual que cualquiera raza civilizada del orbe. Y así lo hemos comprendido, y por esta comprensión es que luchamos para que mediante el esfuerzo logre convertirse en una realidad amplia.
Esta causa será, por cierto, la que colocará al pueblo aborigen en el campo de la verdadera libertad económica y a la verdadera libertad social, que tanta falta le hace. Sin estas condiciones, aunque muchos digan que hay otra forma más adecuada, será todo inútil y será todo en vano y seguirá irremediablemente tras el sendero de su infortunio que ya largos años ha sido su compañero de penurias y su guía que solo le ha dejado un sinnúmero de decepciones.
Teníamos proyectado sacar el primer número de nuestro vocero “La Cultura”, pero no lo hemos podido realizar, dada la poca claridad de nuestros compatriotas mapuches, no es, porque sean los eternos contrarios de la obra en camino, sino, más bien, porque no han comprendido su significado, y es por eso que nos miran medio de soslayo, como se dice vulgarmente, medio de lado, y así estamos trabajando en un terreno todavía no cultivado, y como saben ustedes, que en este sentido se multiplican los trabajos y en este obstáculo, precisamente, hemos chocado, es por eso que hemos andado lentos; pero seguros, por otra parte, porque las mujeres y los hombres escogidos de la raza, continúan pegándose cada día que pasa, en un sentimiento de aunar sus esfuerzos, con el propósito de concluir la obra ya encaminada a un feliz éxito.
Próximamente, por fin, aparecerá a la opinión pública nuestro vocero “La Cultura”, da la buena aceptación que tiene casi en toda la raza, bien es cierto, que es moralmente, pero no dudo que en una futura fecha apoyarán a esta empresa contribuyendo también con sus bolsillos. De modo que, como he dicho, hoy ya cuenta con algunos corresponsales, y agentes en el sur del país y precisamente son hombres de corazón y de alma netamente araucanos. Y entonces, no pasará más de un mes que este paladín de la raza saldrá a lucir sus páginas en el corazón mismo de toda la Araucanía.
La Sociedad ya ha iniciado su punto de partida, como prueba de su preocupación de levantar el nivel cultural de la raza, y así que dedica su atención todos los sábados a enseñar a la juventud estudiosa en un plantel educacional y los profesores de esta escuela vespertina so perciben sueldo, sino que colaboran como buenos araucanos y como buenos patriotas, que sienten el interés espontáneo para sus semejantes, y en este sentido ellos dan sus conocimientos desprendido de todo egoísmo, solamente haciendo valer el amor por la raza aborigen y esto prueba que llegaremos a conseguir nuestros afanes y todos nuestros propósitos de hacer un Arauco grande y próspero.
Esta Sociedad se fundó guiada por un sentimiento noble y como tal, busca a todos sus hermanos de raza, sin lugar a excluir al más humilde ni al más encumbrado de la raza. Impulsados sus dirigentes por este lema, fue así que, el que habla con algunos miembros de la directiva, fuimos a invitar a nuestros honorables diputados mapuches, señores Cayupi y Romero, según ellos no podían asistir a esta concentración dada las circunstancia que tenían otros compromisos en la Provincia de Cautín. Es así como la conducta de la directiva siempre ha sido veraz en sus actuaciones, tratando en todo momento de sellar la concordia con sus semejantes. Y creo que nunca cambiaría ni variaría sus planes de solidaridad, porque de otro modo no sería el interés de la raza que se trata de defender, sino por el contrario, sería un mero pasatiempo inútil lo que se estaría organizando.
Por eso os recomiendo guardar mayores responsabilidades en vuestras conductas, porque de otra manera será la vida, que tenga que representaros en vuestras personalidades como seres que saben sentir, es decir, que son capaces de distinguir el bien y el mal en todos sus aspectos.
Frente a la vida de los mapuches, hay necesidad urgente de dictar leyes que permitan ampliar la instrucción primaria, las escuelas técnicas, industriales y comerciales, en cuyos establecimientos, a los hijos de los indios no se les exijan más requisitos que se matriculen y las asistencias puntuales, en cinco a diez años de labor ya se vería el resultado, cómo el aborigen se convertiría en un perito en muchas otras actividades industriales.
Y se evitaría el triste panorama de preocupaciones del Supremo Gobierno, como es en el caso de los mapuches de Lonquimay, lugar denominado Ñanco, que soportan las penalidades para que le den lo que a ellos les pertenece, en sus calidades de comuneros de esa zona maderera, en referencia la firma explotadora de esas materas quieres aprovecharse por cierto de la debilidad y de la ignorancia de esos pobres mapuches. Ahora yo pregunto: ¿por qué no explotaron ellos propiamente sus maderas?, porque precisamente falta en ellos esa buena orientación en la ciencia de la industria, en resumen, en la ciencia social en general.
Y como este caso podría mencionar muchos otros, como ejemplo, pero no quiero cansaros. Pero, sin embargo, el pueblo araucano debe despertar para incorporarse a las diversas actividades que moderadamente necesitan los pueblos para afrontar los problemas más difíciles de la evolución social, que día a día se tornas más complicados.
Y así, entonces, yo como testigo de lo que acontece en la vida civilizada, he llegado a comprender que también la raza aborigen está considerada ante los ojos de la naturaleza o ante los ojos de Dios, como hijos de sus infinitas entrañas, y es así como tiene la misma propiedad, tiene el mismo deber, tiene las mismas responsabilidades y siente las mismas necesidades de abrazar la vida de superación involucrada en el amplio campo de la civilización y de la cultura general, en este sentido de esplendor, seguramente será capaz de aquilatar la gran responsabilidad económica y social de acuerdo recíproco con las naciones más civilizadas del mundo. Y para ello debe sacarse las buenas ideas a la luz del destino. Sin necesidad de confundir ni exagerar lo imposible con lo posible. Nadie puede ignorar que Cristo, el mártir del Gólgota, para muchos fracasó materialmente, porque fue asesinado por sus enemigos, por eso, el que habla siempre ha sostenido, que el mundo por excelencia es materialista, y como tal tendrá que haber ciertas rivalidades ideológicas, y es aquí donde el individuo que se preocupé más, por cierto, esté en condiciones tales de rendir mayores posibilidades.
Por eso es menester que los araucanos procuren ir remplazando las ideas antiguas por otras más activas y nuevas, igual que la filosofía que avanza a parejas con la evolución de la vida y de la humanidad.
En nuestros días hemos llegado a la era atómica, que indica que el cerebro humano ha rendido lo máximo. La raza también tiene el deber ineludible de igualar en sabiduría al inglés, al norteamericano, al francés y al alemán. Convencidos del significado de estas materias fundamentales de la cultura, es que un grupo de mujeres y hombres araucanos hemos decidido levantar un diario auténticamente araucano, este vocero de cepa, que está en vísperas de aparecer, por el momento, ya cuenta con sus redes de corresponsales en los diferentes puntos de las provincias sureñas, y que precisamente están establecidos por hombres de cultura de coraje y de voluntad, capaces de afrontar sacrificios como araucanos de verdad en sus espíritus creadores.
Crean seguro entonces, nuestros parlamentarios mapuches que, si tienen buenos propósitos, el diario “LA CULTURA” será el brazo derecho para ellos en apoyar todos sus buenos proyectos que tengan en beneficio de la raza en general. Porque el diario se inclinará en todas sus actividades con miras de preferencia a levantar el nivel cultural y material de la raza como es de comprender que será necesario dictar proyectos de leyes especiales que faculte la creación de mayor número de escuelas de alfabetización, escuelas industriales, técnicas, normales y un mayor número de becas para los jóvenes mapuches de ambas sexos y una vez egresados estén llamados a servir en sus terruños durante el tiempo que se indique en la ley y una vez cumplido el lapso serán dueños absolutos de solicitar sus traslados donde a ellos les convenga, es decir, quedarán en libertad de acción.
Las creaciones de escuelas industriales en las ciudades más pobladas de las regiones indígenas son de imprescindible necesidad. Y en cuyos establecimientos se les enseñe de preferencia la agricultura, la avicultura, la apicultura, la mecánica y vastas nociones de comercio en general.
Ya es menester que tengamos mayores preocupaciones concéntricas frente a la vida con ansia inagotable y tenaz de hacer una patria más fecunda y próspera. No deba recurrirse mayormente a leyes que no proporcionan resultados fidedignos, más bien debe irse al fondo de los vastos problemas aborígenes, que precisamente, significa ante todo capacitar a nuestros conciudadanos para las diversas actividades de las ramas del saber humano, a saber, en los casos científicos económicos, industriales y sociales.
No se llamará hacer patria que ciertos hombres de la raza se eleven y a la larga no han hecho otra cosa que preocuparse de sus propios bolsillos. Luchemos, como buenos patriotas por la creación de mayor número de escuelas comerciales e industriales para que los auténticos hijos de Arauco reciban las herramientas necesarias que tanta falta les hacen para afianzar sus situaciones económicas y sociales y, de este modo, asegurar el mantenimiento de sus tierras y la felicidad de sus hijos.
Una vez equipados de los factores liberales, podemos decir, que la raza ha llegado a conquistar la meta de la superación, quedando desde luego capacitados para recibir créditos en cualquier caja agraria, porque sabrá trabajar sus tierras con mayor rendimiento y también sabrá colocar los productos en los mercados con el precio oficial que fija o acuerda la ley, y no con el precio inferior que a la mayoría de los mapuches les pagan por la compra de sus cosechas o animales.
Y por esta circunstancia, que se acumula como una claridad eterna, preocupémonos de estos problemas candentes muy en especial les repito a aquellos hermanos de raza que están en su calidad de dirigentes al frente de ciertas organizaciones mapuches y no dudo que sus sentimientos sean dispares o diferentes a los intereses de la raza y de la patria. En efecto, mayores responsabilidades y si los tales no tienen fe en sí mismos en hacer honor a sus palabras, seguramente, tarde o temprano quedarán descalificados o al garete, descubiertos como los eternos mentirosos, los eternos demagogos y traidores a su raza y a su patria. Para evitar la censura inexorable dejemos a un lado o desterremos de raíz todos los pensamientos malsanos que no estén de acuerdo con la realidad íntima y coloquemos dentro del sentimiento más puro del patriotismo, donde no haya engaño ni incertidumbre ni intereses personalistas de egoísmo sino, tan sólo, haya una órbita convertida en un crisol amplio y sin mácula, en donde impere todos los ámbitos de nuestra vida ciudadana la luz de la honradez y en nuestros campos de actividades el amor hacia nuestros semejantes, exentos de rencillas y perturbaciones estériles y por algún motivo, si, faltan estas buenas cualidades, quiere decir, que nuestra labor merece una escasa confianza, y en tal concepto está al borde del precipicio que tarde o temprano nos veríamos volcados en medio de abismo de la vergüenza sin límites y la condenación perpetua de parte de nuestros congéneres, que indudablemente nos lanzarían como una triste y obscura recompensa el desprecio irremediable y la humillación insalvable eternamente. Entonces todas limpios de corazones no nos contagiemos con los egoístas y los mentirosos que pretendan estrangular a sus semejantes como víboras venenosas y crueles.
Aunque las tempestades violentas que, como ley del destino hacen sus estragos logrando sus objetivos y sus perjuicios en las existencias más débiles y frágiles, nosotros, por el contrario, frente a los contratiempos de esta naturaleza, seremos como el bajel, que con seguridad absoluta va cruzando el ancho mar y que por fin llegará al puerto que lo espera con afán, así nosotros, la constancia y la tenacidad será nuestra brújula que nos señalará el buen tino y las fuerzas invencibles en donde se estrellarán los huracanes de los contratiempos por más formidables que fuesen sus velocidades que arrebatarnos pretendan por siempre.
Sé que el camino que hemos elegido, es por cierto, bastante largo, bastante duro y fatídico; pero la perseverancia inflexible y la personalidad de nuestros criterios y sanos y limpios, invariablemente nos llevarán a las vastas posibilidades cumbres en que las imaginaciones múltiples se conviertan en la felicidad suma de la realidad, con justicia nos harán merecedores, por cierto, de los laureles de triunfo en beneficio directo de esta generación y las generaciones futuras evocando a la historia con beneplácito lauro el sacrificio de los hombres y de las mujeres de hoy, quienes han sabido con honradez y conocimiento de causa interpretar las vastas aspiraciones del pueblo aborigen, que indudablemente será la [enseñanza] o base fundamental de la raza que sueña con la luz y la dulzura de la felicidad, con ansias a saturar sus inquietudes sin zozobras ni pesadumbre.
Sé también que siguen alumbrando los días de progresos con mayores inquietudes en todos los rincones del globo terrestre y esto está indicando, entonces, que ningún ser que puebla este planeta debe quedar estancado sin participar en el correr incontenible de las múltiples actividades de los nuevos adelantos o inventos en que se precipitan con afán los hombres y mujeres de nuestro siglo, es indudable que los araucanos no deben quedar enredados en el crepúsculo de la ignominia de sus penalidades, sin salir a flote en el campo de la civilización con miras a obtener mayores posibilidades de recursos a costa del trabajo bien llevado y fructífero.
Según la definición psicológica no todos los mundos son iguales; hay los mundos de las vulgaridades. Hay los mundos de las profundidades y las concentraciones de donde se agitan los grandes pensamientos, de donde precisamente tienen su origen las idealidades cumbres madre de la filosofía, las ciencias y las letras. Y el mundo de las vulgaridades es el que empequeñece a cada individuo, y es lo que contemplamos a destajo con cierta cautela e ironía, muy a menudo, en los centros recreativos, en esos lugares, esos fenómenos, hacen su presa, como si dijéramos, es el camino de la perdición. Y es aquí, entonces, que forzosamente debernos distinguir nítidamente dos caminos que son el del bien y el del mal.
Y por eso es que existen tantos reveses en el misterio de la vida, que siempre convulsionadas se desenvuelven, como las agitadas olas del océano que revientan en los invencibles acantilados profundos y tenaces, y así se convertirán las falsas aspiraciones de los individuos estrellándose estrepitosamente contra la roca invencible de la verdad que quedará hablando eternamente a las generaciones por siglos venideros uno a uno, en el mundo de su incumbencia. Y así todo se mueve no por un mero capricho, sino al compás y a la razón profunda de la naturaleza, como contemplamos a los pececillos que alegremente se salpican en las aguas cristalinas, al sol con sus rayos refulgentes de esplendor y de vida, las praderas remotas adornadas de alfombras y de verdor y el viento que circunda los valles y los desiertos brindando su frescor y su aliento, todos estos fenómenos ofrece la madre naturaleza para la vida y la existencia de sus hijos.
El indio vive, como si dijéramos, en un mundo de la inocencia, sin advertir a su mente las inmensas posibilidades que ofrece el poder de la mente de los pueblos civilizados del orbe.
El que habla junto a sus compañeros de lucha ha comprendido casi en su perfección los diversos fenómenos que mueven a las naciones civilizados y en su calidad de tal no ha querido permanecer tranquilo, sin antes buscar los medios más adecuados para ponerse en plena comunicación con su raza. Durante mi meditación, he sacado como conclusión que dar vida al futuro Diario Araucano no significará entorpecer la tranquilidad de la raza, sino es para llevar la luz de la verdadera orientación que ella necesita. Las organizaciones existentes en la capital sabrán, con criterio y verdadera sensibilidad social, pesar todas sus responsabilidades frente a los problemas más urgentes de la raza mapuche. Las entidades deben estar ciertas y seguras que el vocero araucano en perspectiva sabrá fundamentar y sabrá abordar los problemas generales con verdadera equidad y con un vasto sentido social, en donde antes que las efímeras pasiones, impere la justicia en toda su magnitud y esplendor.
Y por eso, os invito u Uds., organizaciones, no solo para tomarnos de las manos y llevarnos uno a uno como hermanos inseparables y queridos, uno más bien, para recomendaros de hacer suya esta idea redentora con todos vuestros efectivos, con todos vuestros corazones y con todos los esfuerzos de vuestras voluntades estimulantes y viriles al sacrificio, por la felicidad de Arauco y por el prestigio y la grandeza solemne de nuestra patria.
He dicho.
José Alcapan
En: La Cultura, año
1, número 1, pp.1, 2 y 8
Santiago, 1 de diciembre de 1953