Un vocero araucano, ‘’La Cultura’’, sale hoy a la publicidad. En verdad no es el diario propiamente tal, sino es el suplemento del futuro paladín de la raza. Se ha lanzado su primera edición, no con la intención de engendrar odios ni empujar a funestas agitaciones que nada benefician ni construyen, sino para conducir a la raza al conocimiento de sus problemas fundamentales o centrales, manifestado en el claro ambiente de la verdad, y de las posibilidades.

Todas las cosas grandes y buenas tienen sus principios como causas pequeñas y extrañas o sin importancia. Es así como la Sociedad Anónima ‘’Diario Auténticamente Araucano’’ ha venido campeando contra vientos, entre dos corrientes, mezclados de las incomprensiones y del egoísmo de araucanos que se consideran doctos o sabios en materias intelectuales y sociales.

Pero, dentro del grupo de los audaces y de los vacilantes, es decir, de la semilla dudosa, existe un número considerable que hace honor de corazón y alma a sus antepasados, y los esfuerzos de los tales, precisamente, van representados en las páginas del presente suplemento.

Estos araucanos son los limpios de conciencia y selectos en sus procederes. Sus ideas no están encaminadas a engañar a nadie ni tienen pretensiones de lucros personales, a expensas de los individuos más débiles. Con sus esfuerzos tan sólo desean contribuir en favor de sus semejantes que, como conocedores de los agudos problemas que empobrecen al 99 por ciento de la raza, y esto vale decir entonces, que en sus condiciones de individuos altruistas están en el corazón mismo de aquellos que reciben en carne propia el golpe fatal de la incertidumbre y de la pobreza.

‘’La Cultura’’, inspirada junto a sus integrantes por un sentimiento de fraternidad, apela a la raza entera, muy especialmente a aquellos varones y mujeres que se consideren tener una chispa de amor a sus semejantes, y decirles en conjunto que hay la necesidad de dejar descansar las tan manoseadas leyes 4111 y 48021, porque desde sus vigencias hasta el presente siglo no han aportado los beneficios esperados por los propios afectados. No se pide su derogación, porque eso significaría acarrear consecuencias fatales en contra de los indígenas. Lo que se pretende aclarar en estas líneas es que deben tomarse las mencionadas leyes como el único patrimonio o camino para conseguir el total progreso y felicidad de los mapuches, y éstas deben considerarse como puntos de apoyo y de esta manera buscar el verdadero camino de la superación.

Existe, entonces, la preocupación constante de ir al fondo del mal y sacar de la pesadilla a los mapuches. Y los posibles resultados están señalados, precisamente, en capacitar a los hombres y a las mujeres en general, para que ellos mismos sean los portadores idóneos de su industria y de su comercio.

Y como prueba inicial para dicho plan de actividad, esta prensa lleva en sus páginas cursos que indudablemente les aportarán algunos beneficios a los aborígenes.

Esto indica, desde luego, que este paladín araucano se distinguirá en su afán de cada día de lanzar sus ideas por una educación especial y oportuna. En este sentido, ve la necesidad de aplicar su situación mediante la creación de escuelas móviles que, equipadas de técnicos, vayan al terreno mismo a repartir sus enseñanzas a la gente de más escasos recursos.

También existe la necesidad imperiosa de establecer Escuelas Industriales, Técnicas y de Artesanos en las provincias, departamentos y comunas más pobladas por nativos. Y también de escuelas normales, especialmente, para formar profesores araucanos, y ellos una vez egresados con sus licencias, los supuestos maestros primarios estarán sujetos a una ley especial que fijará el tiempo de 10 años de labor en que tendrán que permanecer instruyendo a los mapuches en sus propios terrenos. De esta suerte terminará el concepto mal fundado de que hacen gala muchos comentaristas y críticos, diciendo que la raza indígena es un lastre para el Estado.

Bien cierto es que hace más de 30 años que la raza se dio tal vez la primera idea de organización y cuya iniciativa nació a impulsos de don Manuel Aburto Panguilef. Posteriormente se levantó la Sociedad Araucana que en principio se denominó ‘’La Caupolicán’’, y hoy cambió de nombre, es la ‘’Corporación Araucana de Temuco’’.

Y al paso de los acontecimientos han nacido muchas otras, que resultaría obvio mencionarlas una por una, pero es de comprender que éstas han nacido al calor del entusiasmo y al clamor de la pobreza y de la desesperación.

El despertar de las preocupaciones salpicadas de promesas y de afanes ha traído consigo la idea de organizarse adquiriendo mayores resultados de estas actividades, justifican con la llegada de seis diputados a la Cámara Joven y, asimismo Gobernadores, Alcaldes y Regidores. ‘’La Cultura’’, desde estas líneas, invita a trabajar unidos a todos los personeros importantes de la raza ya mencionados, en favor de nuestros hermanos que sufren. Y para ello, deben dejarse a un lado todas las mezquinas pasiones, si las hubiere, sin temor ni zozobra y sellarse la sana comprensión y la armonía con la limpieza de corazón propios de buenos araucanos y de buenos patriotas, y éstos serán factores suficientes para tener responsabilidad y equidad intachables con la raza y con la Patria, es decir, saber pedir y luego… también sabe dar.

Es así, entonces, ‘’La Cultura’’ ha nacido a la vida para sufrir junto a sus semejantes, luchando por la cultura de Arauco entero y por eso en su labor constante de servir, será siempre pura y sincera. No recurrirá a la falsa diferencia de ideologías partidistas ni religiosas, porque si así sucediera, no significaría convencimientos de hacer el bien, sino que indicaría el camino errado de estar haciendo una demagogia a toda prueba.

‘’La Cultura’’ ve con criterio y conocimiento que la ventaja más absoluta del araucano para defender sus tierras y labrar su progreso que le retribuirá con creces la felicidad, es ante todo la capacidad intelectual de los hombres y de las mujeres. Y por dicho convencimiento, recomienda, especialmente a sus parlamentarios y organizaciones en general, tomar como punto inicial y serio, las creaciones de escuelas para las enseñanzas de diferentes profesiones y oficios, citadas en párrafos anteriores de la presente editorial.

Pedir al supremo Gobierno mayor número de becas para los hijos de araucanos y las creaciones de Escuelas Especiales, es la imprescindible necesidad del momento.

Y no debe considerarse, por cierto, un problema imposible ya que tenemos ejemplo de nuestra hermana nación de México, que surgió su efecto en el gobierno de don Lázaro Cárdenas, a pesar de que en dicho país se presentaba aún más complicada la aplicación del sistema de enseñanza que aquí se alude, dado que los nativos de ese país hablan diferentes dialectos, pero frente a las dificultades se impuso antes que nada la buena voluntad y el amor a sus conciudadanos.

Ahora bien, considerando estos antecedentes biográficos debe partirse de esta base en donde antes que las ínfimas pasiones del deleite y de las actividades que sirvan como mero pasatiempo, imperen en grado sumo el sentimiento del patriotismo y el amor a sus semejantes; entonces imbuidos y guiados en una vasta comprensión no debe omitirse sacrificios, por mayores que fuera, con tal de conseguir sacar a nuestra raza de la pesadilla y del sueño profundo que desde hace años inmemorables está postrada al margen de la civilización y el progreso.

Hay la necesidad imperiosa de examinar más de cerca el fondo del mal y luego procurar romper las trabas, caminando por la senda de la realidad cultural, y al correr del tiempo y de los años seguramente, cada indio se tornará en un aporte más directo a nuestra nación, ya que la Patria espera de sus hijos el mayor desenvolvimiento intelectual y el mayor desarrollo industrial y económico.

La perseverancia es recomendable para todos, con el propósito de lograr la capacidad sobresaliente, tan sólo enriqueciendo la mente del indio con vastos conocimientos intelectuales, será capaz de cerrar el paso a los extranjeros que se adueñan de sus tierras y asimismo a todos los ladrones de tierras indígenas.

En resumen, referente al problema indígena, ya es el momento de pensar con más honradez y cordura de criterio. Es indispensable y oportuno unir las fuerzas vitales, con gran acierto y afinidades de ideas raciales, desde allí den paso a la verdadera solución y a la verdadera realidad de los problemas. Y para un feliz efecto, se repite, invocar sobre todas las cosas, la concordia y el buen tino, todo por la suerte, por el progreso y por la felicidad de todo el pueblo araucano.

En: La Cultura Año 1, Número 1, p. 3.

Santiago, 1 de diciembre de 1953

1 [N. de los Eds.] Mediante un uso malicioso de estas leyes entre los años 1930 y 1972 se revocaron 59 Títulos de Merced, siendo entregados a “particulares” 4.548,66 hectáreas de tierra. El argumento era que las leyes 4111 y 4802, de los años 1930 y 1931 respectivamente, eran posteriores a la entrega de títulos de propiedad a los colonos, por lo que las mercedes indígenas carecían de legalidad ante títulos previamente entregados a colonos. Así, estas leyes fueron utilizadas mañosamente para seguir profundizando el despojo territorial mapuche.