La Sociedad Galvarino que agrupa a los araucanos residentes en Santiago envió la siguiente carta a la prensa.

La ‘’Sociedad Galvarino’’ se ha impuesto de una publicación aparecida en un diario sobre el desaparecimiento de la momia en el Museo Histórico Nacional donde se supone que los autores de este hecho serían los araucanos residentes en la capital.

Esta organización denominada “Galvarino” tiene 19 años de vida en Santiago, y agrupa en su seno cientos de jóvenes de la gloriosa raza araucana, no puede guardar silencio frente a los cargos gratuitos que formulan, y que a continuación refuta y declara:

El articulista debe saber que, hoy por hoy, sumamos centenares de araucanos en la capital y que no solamente trabajamos en las faenas panaderas, sino que también en todas las actividades industriales, ya como oficinistas, como intelectuales y como estudiantes en los distintos colegios del país.

Pues bien, ese diario, se presume que son los araucanos los que recuperan cadáveres de sus antepasados; más adelante agrega que por falta de personal de vigilancia ha permitido que los araucanos estén llevándose por pieza de los tres individuos de su raza momificados en el Museo Histórico Nacional, ya hace muchos años; y que en el sur los enterrarían de acuerdo con sus ritos y sobre todo por la creencia de la supervivencia del cuerpo más allá de la muerte.

Frente a los cargos que nos formulan y que vulneran nuestra dignidad, aclaramos a la opinión pública que el articulista de dicha publicidad carece de todo fundamento y aseveraciones para apreciar a los araucanos de la capital en esta era de la civilización. Los araucanos han llegado a esta gran ciudad en busca de progreso económico, social y cultural, y desde luego a incorporarse a la moderna civilización, como única preocupación, pero jamás hemos pensado en perturbar el progreso de la Nación, ni menos el patrimonio científico, por el contrario, congratulamos a los hombres de ciencias y del arte porque ellos nos señalan la existencia de todos los seres humanos del universo.

Para nosotros, no existe ninguna aversión a los seres momificados, y si pensáramos en recuperar los muertos de cien años, ello significaría un retroceso y absurdo para el pueblo araucano. La Sociedad de Araucanos “Galvarino” termina agradeciendo al señor director la publicación de nuestra referencia.

Carlos Huayquiñir Rain

En: Acción Araucana, año 1, número 1, p.3

Santiago, julio de 1953