Desde hace mucho tiempo se habla de unidad, como si los problemas de cada región o de cada mapuche fueran diferentes, como si no estuvieran condensados en tres puntos fundamentales, a saber: Tierra, Justicia y Educación.
La Juventud de Norte a Sur del país ha visto su larga carrera y manejos a las entidades que tanto lucharon por las muchas ambiciones de cada dirigente de conquistar el yo, solo sembrando división y [confusión] entre las masas porque así reina tranquilo su majestad, peleando por pequeñeces, abandonando, por otra parte, la lucha efectiva para la redención social y económica de la raza. Cuando esta joven generación se despierte y se ponga en pie de guerra hacia la verdadera emancipación de ella, para la que la obra sea obra de los mapuches mismos, [evitando] que se levanten grupos de caudillos desconociendo totalmente el impulso noble de los retoños del viejo Arauco.
Nosotros conocemos bien la trayectoria de lucha. Mientras más obstáculos hagan a nuestro paso, mayor será nuestra lucha, porque no es determinado lonco [el] que enriela la lucha de reivindicaciones, si no que la juventud entera. Sabemos muy bien que son la desesperación de los mapuches aspirante a la reacción a las que se han convertido instrumento de reacción.
En el mundo hay dos clases de sentimientos: la necesidad y la ambición, o sea el dolor y el capital.
Solo por el hecho de ser hijos del dolor y la necesidad, la raza está unida, como quedó establecido el 25 de octubre en la gran jornada y triunfo del Frente Popular, que los mapuches estuvieron como una taba al lado de la candidatura de don Pedro Aguirre Cerda, hoy excelentísimo Presidente Democrático de la República.
La unidad está establecida. El que desea defender honrada y lealmente la gran causa de la raza araucana, debe estar con el “Frente Único Araucano de Chile”
Jacinto Cayuqueo
En:
La Voz de Arauco, año 2, número 6, p.4
Órgano del Centro de
los Hijos de Arauco
Temuco, 10 septiembre de 1939