Casi dos lustros han transcurridos desde que un grupo de compatriotas preocupados del porvenir de Arauco e imbuidos de un espíritu fraternal de progreso echaron las bases de la hoy floreciente Sociedad de Araucanos “Galvarino”.

Nueve años en los cuales junto a las horas de franco optimismo y regocijo, hubo también minutos negros que nada hacen sino destruir so espíritus pequeños que solo supieron hallar defectos y detalles sin llegar nunca al fondo mismo de las cosas.

La Sociedad de Araucanos Galvarino puede decir sin exageración que no ha habido sugestión, proyecto o idea en beneficio de las colectividades araucanas que ella no haya inspirado o que no haya contado con su aprobación. Tales con por ejemplo: la formación de una organización máxima de la Araucanía “El Frente Único de Araucanos de Chile” en la capital austral, Temuco; estudios de proyectos de leyes sobre propiedad y comunidades araucanas; proyectos de asistencia social, escuelas nocturnas y escuelas industriales y misiones culturales, etc.

En el campo de la realización puede exhibir con legítimo orgullo su obra de unión y armonía, cuya prueba más decidora es la fraternal convivencia en su seno de araucanos de todas las categorías: descendientes de gente bien nacidas profesores e intelectuales, obreros y empleados conjuntamente con profesionales, con el timbre de la gloria que junto con nuestros socios estudiantes conviven bajo el alero hospitalario y previsor de la Sociedad de Araucanos “Galvarino”.

Cuenta también con su órgano de prensa que pese a las dificultades de los comienzos de toda obra, brega a brazo partido por los derechos de la raza araucana. Nos referimos al “HERALDO ARAUCANO”, cuya dirección está a cargo del joven y talentoso compatriota nuestro, Don Carlos Huaiquiñir.

En el campo del deporte, el “Deportivo Galvarino” es un semillero de entusiasmo y sanas distracciones que hablan muy en alto de sus componentes. Lo dirige el distinguido compatriota Don Luis T. Neculman. Y la sección Tierras y Justicia han desempeñado una interesante y difícil labor junto a los Directores de Bienestar y Sanidad, Relaciones y Propaganda, dentro y fuera de la raza.

Esta es la llamada Sociedad de Araucanos “Galvarino” con asiento en la capital.

Y finalmente, es justo subrayar la labor tesonera del Presidente que acaba de dejar el mando de la institución, Don Alberto Melillan C. y del directorio que lo ha acompañado en sus funciones, y a cuya dedicación y constancia se debe en gran parte la vida próspera de la sociedad.

Hauquiñco | Awkiñko

En: Heraldo Araucano, número 2, p. 5
Santiago, julio-agosto de 1941