La mujer araucana tiene hoy más que nunca un papel difícil que desempeñar, por la complejidad de sus problemas que atañan a la raza, tanto por la situación económica como intelectual y moral.

Si la mujer no participa en forma efectiva y eficiente en la cruzada de sus graves problemas, será esperanza vana de un día mejor y pasará a ser vana ilusión la lucha de los hombres contra la miseria, el hambre y el pauperismo de sus pueblos. Triste sería ver nuestra raza de antaño, pobladores de esta hermosa y fértil tierra que pisamos, desfilar en los campos y ciudades como ejércitos pauperizados, como si jamás hubieran sido los dueños y señores de nuestro querido Chile; como si sus antepasados no derramaran su sangre en los campos de batallas en defensa de su tierra y su libertad, para sus progenitores.

Es hora de nutrir y despojar nuestra mentalidad con meditación serena, para seguir luchando con nuevos bríos en busca de camino mejor, ya no empuñando la lanza, sino la pluma, lo que un pueblo necesita para su triunfo.

Las mujeres necesitan la unión de sus compañeros hombres para fortalecer y unir ideales que es el único medio que llevará la conquista de sus laureles.

Desde este humilde periódico que nace con calor y entusiasmo de un grupo de estudiantes, invito a mis hermanas de raza que ya es el momento de salir del fango increíble en que nos encontramos. Para ello no debemos derramar sangre y producir heridas profundas que a nada conduce, sino esparcir semillas fecundas y sabias por medio de la pluma, propio de un pueblo culto, digno de una esperanza mejor.

Invito pues a mis hermanas a participar con entusiasmo, con cariño y amor de madre, participar en las columnas de este periódico que es “La Voz de Arauco” no domado. Así cumpliremos nuestra misión que será la grandeza de nuestro país que fue patria venerada de nuestros antepasados.

Laura Nahuelpan N.
Escuela Técnica Femenina

Diario La Voz de Arauco, número 1, p.1
Temuco, Junio de 1938