Últimamente se han estado celebrando diversas reuniones entre los hijos de Arauco avecindados en esta capital, con objeto de obtener de los poderes públicos la sesión gratuita de un terreno en el Cementerio General a fin de construir un mausoleo que recoja los cuerpos aborígenes y los haga dormir junto a sus hermanos de raza.
Nada más oportuno y hermoso que esta idea.
Sabemos que la Sociedad de Araucanos “Galvarino” elevará en su oportunidad una solicitud al Gobierno presentándole la necesidad de que se le conceda a los hijos de Arauco un pedazo de terreno en el Cementerio. De esta forma concluirá el verdadero problema que experimentan las familias de los antiguos dueños de este país que ahora, muchas veces, carecen de los medios para darle sepultura a sus deudos en forma culta y respetuosa.
Estamos ciertos que, por otra parte, los servicios de Beneficencia de quien depende emitir informes sobre esta próxima solicitud, habrán de pronunciarse favorablemente sobre ella, ya que encierra un positivo fondo de justicia.
Un terreno en el cementerio para los araucanos de la capital.
No es mucho pedir para los antiguos dueños de estas tierras
Carlos Huayquiñir
En: Heraldo
Araucano, número 2, p.8
Santiago, noviembre-diciembre de 1941