No es de extrañar que don Manuel Aburto Panguilef, Presidente voluntariamente vitalicio del «Congreso Araucano» y del «Comité del Congreso Araucano» tome sus acuerdos para desaprobar y desautorizar al «Congreso de Mapuches», celebrado en Temuco en los días 15, 16 y 17 de Abril del presente año y que culminó con la formación de un «Frente Único Araucano».
Este Presidente y Cacique o Lonco de raro estilo, no asistió al referido Congreso de Abril a pesar de habérsele invitado, por motivos que ahora no tocaremos para dedicarnos al comentario que queremos hacer al margen de sus acuerdos publicados en los diarios bajo su solitaria firma, a pesar de los título que enumera.
Empezaremos diciéndole al señor Aburto Panguilef que para celebrar el Congreso que desaprueba, sus organizadores invitaron a todas las reducciones, a todas las sociedades indígenas del país, para que participaran enviando delegados autorizados que debían ser portadores al mismo tiempo, de un estudio de todos los problemas que afectaran a sus representados o a la raza en general, según su criterio; y efectivamente, acudieron en estas condiciones, delegados de toda la Araucanía.
Pese al deseo contrario del señor Aburto Panguilef, realmente la mayor parte de los asistentes a este Congreso fueron jóvenes y, saber el señor Panguilef que en la juventud está hoy día la gente de más cultura y capaz, por lo tanto, de comprender mejor los problemas de su raza.
Señor Aburto Panguilef: en este Congreso no se tomaron en cuenta los caciques del estilo que Ud. pretende que se consideren o se reconozcan, por cuanto en Chile, caciques auténticos ya no existen, ni pueden ni deben existir, porque ni tienen ya ningún papel que desempeñar, y si hay algunos por ahí, luciendo en su etiqueta de tal, románticamente, ellos no representan nada ni a nadie fuera de su persona, toda vez que las leyes chilenas no los llevan ni de apunte. ¿Y para qué agregar que ante sus propios hermanos de raza han perdido autoridad o ascendencia por su falta de preparación o de cultura?
De manera que el famoso Registro de Caciques que Ud. hermano Aburto Panguilef, quiere hacer firmar a todos sus “caciques auténticos” previo pago de veinte a cincuenta pesos (¿Está vendiendo título, hermano?) será perfectamente inútil para la masa civilizada de los indios de Chile.
Hermano Aburto Panguilef, es hora que dejemos de hacer sentimentalismo y afrontemos nuestra realidad.
Dejemos, hermano, que trabaje, que luche la juventud y concurramos, eso sí, a sus reuniones para darle nuestra opinión, para darle a conocer lo que hemos recogido en nuestra experiencia y así por otra parte, no desautorizaremos después sus acuerdos.
Ud. hermano tal vez siente una nostalgia, porque el Congreso que condena, no se hizo ningún guillatún haciendo una rara mezcla de ritos católico y araucanos, etc., como lo hace ud. en cada reunión. Tal vez ud. hermano, siente pena porque allí no se abogó por la poligamia, ni por ninguna otra costumbre de sabor a tiempos pretéritos o demasiado recientes como Ud. lo ha hecho alguna vez.
Finalmente, puedo decirle, hermano que en este Congreso no hubo intromisión de política partidista; pues, en todo momento, la indicada reunión pensó sólo en sus problemas propios; en todo instante los delegados pensaron y razonaron sobre las aspiraciones supremas de la raza, sin alejarse de las realidades.
¡EL FRENTE ÚNICO ARAUCANO, recientemente formado, hermano Panguilef, representa a los aborígenes de Chile!
Domingo Tripailaf
San José de la Mariquina
En: La Voz de Arauco, año 2, número 4,
p.2
Órgano del
Centro de Estudiantes Araucanos
Nehuentuayñ
Temuco, julio de 1939
*Publicado originalmente en
“La Hora”, lunes 29 de mayo de 1939